Existe una zona que muchas personas mencionan, pero pocas han explorado realmente: la famosa Zona G. Sí, no solo es real, sino que también está llena de sorpresas. Comencemos con un poco de historia. 🕵️♂️
La Zona G fue descubierta en 1950 por el médico alemán Ernst Gräfenberg, cuyo apellido le da su nombre característico. Gräfenberg describió este fascinante hallazgo como “un área en la pared anterior de la vagina, a lo largo del curso de la uretra, que se hincha durante la estimulación sexual”. Décadas después, en 1982, la sexóloga Beverly Whipple y su colega John Perry consolidaron su existencia publicando el libro El Punto G y otros descubrimientos recientes sobre la sexualidad, respaldado con pruebas clínicas.
Hoy sabemos que la Zona G no es simplemente un "botón mágico" que debes presionar como si fuera un interruptor, sino toda una región que, al ser estimulada adecuadamente, puede desbloquear un placer indescriptible y experiencias completamente nuevas.
Entonces, ¿Dónde se encuentra la Zona G?
La sexóloga Miren Larrazabal explica que “la Zona G se encuentra en el interior de la vagina, aproximadamente a 3 o 5 centímetros de la entrada vaginal. Justo encima de esta zona están las glándulas uretrales o de Skene, las cuales, al ser estimuladas, aumentan de tamaño y, en algunos casos, pueden generar lo que se conoce como eyaculación femenina”.
Es fundamental aclarar que el squirting y la eyaculación femenina no son lo mismo. El squirting ocurre cuando, al estimular dos zonas clave (el clítoris y la Zona G simultáneamente), se expulsa por la uretra un chorro de líquido transparente. Este líquido proviene de la vejiga y está compuesto por una mezcla de urea y otros elementos similares a los de la orina. Por otro lado, la eyaculación femenina se refiere a la liberación de un líquido blanquecino, más denso, que las personas con vulva emiten durante el orgasmo.
¿Cómo estimulo la Zona G?
Explorar la Zona G no requiere ser un súper detective, solo curiosidad y práctica. Te sugerimos:
- Prepárate: Lávate las manos para evitar infecciones y utiliza lubricante para mayor comodidad.
- Encuentra tu zona de confort: Acuéstate boca arriba con las piernas abiertas, relájate y recorre tu cuerpo. Introduce en la vagina los dedos índice y medio o medio y anular (elige los que te resulten cómodos) y realiza movimientos como “ven aquí”, arriba-abajo o circulares.
- Identifica la textura: La Zona G tiene una textura rugosa, similar al paladar, que se hincha con la estimulación.
Un detalle común al estimular la zona G es la sensación de ganas de orinar; ¡no te alarmes! Es completamente normal y una señal de que vas por buen camino.
Si prefieres usar juguetes eróticos, opciones como Genio son ideales. Este juguete, diseñado para alcanzar la Zona G, es sumergible y perfecto para principiantes. Otra alternativa es Perla, que permite una inserción progresiva para experimentar diversas sensaciones.
Recuerda, lo importante es explorar y descubrir qué estimulación te hace disfrutar al máximo. 😊
¿Y cómo estimular la Zona G en pareja?
¿Quieres compartir el descubrimiento de tu Zona G con tu compi de juegos? ¡Tenemos algunos consejos para hacerlo aún más especial!
Pueden comenzar con la estimulación manual, tal como mencionamos antes, explorando juntos con los dedos y descubriendo las sensaciones que más les gusten. Si deciden pasar a la penetración, ya sea con el pene o, si ambos tienen vulva, con un juguete como Isa, hay ciertas posturas que les permitirán explorar y disfrutar al máximo esta zona tan especial.
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La Dominante
En esta posición la persona con vulva estará arriba, y quien penetra abajo. Quien está arriba tendrá el control absoluto del ritmo y la profundidad de la penetración, ya que controla los movimientos con la fuerza de sus piernas. Se recomienda que la persona que está arriba se ponga a espaldas de su compi de juegos para un resultado aún más placentero.
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Flor de Loto
Esta es una posición en la cual ambas personas estarán cara a cara, lo cual encenderá aún más el momento, al mantener el contacto visual. La persona que penetra deberá sentarse con las piernas cruzadas, los tobillos cruzados entre los muslos o en cuclillas. La persona con vulva deberá sentarse sobre su compi de juegos y envolver sus piernas alrededor de la cintura de su pareja, colocando sus pies contra sus nalgas y es ahí donde comienza la penetración.
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La amazona
Para esta posición les recomendamos que tengan buena condición física ya que requerirá de mucha fuerza en los brazos, pero es muy sexy, así que vale la pena intentarlo. La persona que penetra se mantendrá de pie y cargará en brazos a su pareja. La persona que se encuentra parada será la encargada de hacer los movimientos necesarios para alcanzar la Zona G de su pareja y como siempre les recomendamos: comuníquense. Qué los gestos, las miradas, los gemidos y, sobre todo, las palabras fluyan para saber ¡si van por buen camino!
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La cucharita plus
Ésta, a diferencia de la anterior, es una postura bastante cómoda y fácil de realizar. Ambas personas deberán estar acostadas uno detrás de otra. La persona que penetra deberá levantar una de las piernas de la persona con vulva e introducir su pene en la vagina por detrás. Mientras se realizan movimientos de arriba abajo y la intensidad de éstos va en aumento. Esta posición también permite estimular el clítoris y los pechos. Aunque también puedes aprovechar para decirle una que otra cosita subida de tono.
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La profunda
Una de las dos personas se acostará boca arriba, con sus piernas apoyadas en los hombros de su pareja. La persona que penetra deberá ponerse en cuclillas frente a su compi de juegos. Te recomendamos usar una almohada para subir un poco la pelvis, para lograr una penetración más profunda.
Ahora bien, como sabemos, no todo es penetración. Así que mientras prueban estas posturas, les recomendamos que aprovechen para acariciar el clítoris, que está conectado con la Zona G, además de que pueden estimular otras zonas erógenas, como los pechos.
Como siempre decimos, la comunicación es clave. Mientras exploran y prueban qué postura les resulta más cómoda, es esencial que hablen y se guíen mutuamente. De esta manera, ambas personas podrán disfrutar al máximo de la experiencia.
Ahora que sabes un poco más sobre la Zona G, recuerda que lo importante es disfrutar sin prisas. Si al principio no llegas al orgasmo o sientes que aún no la has encontrado, ¡no te preocupes! Con el tiempo y la práctica, aprenderás más sobre tu cuerpo y lo que te gusta. Como dice el dicho: ¡la práctica hace al maestro! ☝️
